
Volver a las fuentes
El Sábado nos jugamos más que una final. Jugamos el partido más importante del semestre. De nada sirve perder jugando bien. Nadie se va a acordar de nosotros si no se gana. Nadie nos va a alegrar el fin de semana si volvemos a quedar afuera. No al menos este Sábado. De nada sirve empatar y volver a quedar afuera en los penales. Eso en todos lados se llama perder, aunque el año pasado nos costó reconocerlo. Tenemos, como dice el título, que volver a las fuentes. Tenemos que volver a ser ese equipo inteligente, que no era ni ofensivo ni defensivo. Ese equipo que sabía leer los partidos y que si tenía que defender con 4 no se le caían los pantalones por hacerlo. Ese equipo que cuando se ponía 1-0 no iba a lo loco a buscar el segundo, sino que se defendía y esperaba para matar de contra. Es un error pensar que podemos golear todos los partidos. Las finales no las gana el que juega mejor, las gana el que deja todo en la cancha, las gana el más piola.
La final que le ganamos a Sabaleros el 10 de junio de 2006 la ganamos con muchos huevos: fue un partido cerradísimo que lo abrió Iván con un zapatazo y lo cerró Javier sobre la hora. No lo ganamos por goleada. La final que le ganamos a Fénix el 24 de junio de 2007 la ganamos con la cabeza: el 1-0 mío de entrada, 2 goles de Javier de 2 laterales y el último de Diego faltando poco. Tampoco lo ganamos por goleada. Que quede claro: el fútbol lírico no existe más, ese fútbol champagne no nos representa a nosotros, aunque también nos cuesta muchísimo reconocerlo. No sale campeón el que gana más partidos por goleada, sale campeón el que gana los partidos claves. No quiero que el Lunes nuestros rivales nos reconozcan que somos buenos pibes, que somos fair play y que somos grandes caballeros. Quiero que nos reconozcan los huevos que tenemos. Esos huevos que te hacen ganar las finales y no quedarte siempre en el intento.
Poche.
El Sábado nos jugamos más que una final. Jugamos el partido más importante del semestre. De nada sirve perder jugando bien. Nadie se va a acordar de nosotros si no se gana. Nadie nos va a alegrar el fin de semana si volvemos a quedar afuera. No al menos este Sábado. De nada sirve empatar y volver a quedar afuera en los penales. Eso en todos lados se llama perder, aunque el año pasado nos costó reconocerlo. Tenemos, como dice el título, que volver a las fuentes. Tenemos que volver a ser ese equipo inteligente, que no era ni ofensivo ni defensivo. Ese equipo que sabía leer los partidos y que si tenía que defender con 4 no se le caían los pantalones por hacerlo. Ese equipo que cuando se ponía 1-0 no iba a lo loco a buscar el segundo, sino que se defendía y esperaba para matar de contra. Es un error pensar que podemos golear todos los partidos. Las finales no las gana el que juega mejor, las gana el que deja todo en la cancha, las gana el más piola.
La final que le ganamos a Sabaleros el 10 de junio de 2006 la ganamos con muchos huevos: fue un partido cerradísimo que lo abrió Iván con un zapatazo y lo cerró Javier sobre la hora. No lo ganamos por goleada. La final que le ganamos a Fénix el 24 de junio de 2007 la ganamos con la cabeza: el 1-0 mío de entrada, 2 goles de Javier de 2 laterales y el último de Diego faltando poco. Tampoco lo ganamos por goleada. Que quede claro: el fútbol lírico no existe más, ese fútbol champagne no nos representa a nosotros, aunque también nos cuesta muchísimo reconocerlo. No sale campeón el que gana más partidos por goleada, sale campeón el que gana los partidos claves. No quiero que el Lunes nuestros rivales nos reconozcan que somos buenos pibes, que somos fair play y que somos grandes caballeros. Quiero que nos reconozcan los huevos que tenemos. Esos huevos que te hacen ganar las finales y no quedarte siempre en el intento.
Poche.
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