
El tiempo le dio la razón
Tarde o temprano, por el piso o de pelota parada, en el tiempo regalmentario o en los penales, el tiempo le da la razón a los equipos que quieren ser protagonistas, a los equipos que para ser campeones salen a ganar los partidos. Una vez podés refugiarte atrás para buscar el empate y ganarlo por penales, pero para ser campeón hay que salir a buscar la victoria; no sólo esperar que el rival tenga un día malo para rematarlo.
El DT de Sabaleros en la previa pensó un partido similar al del año pasado en Madero. Para colmo a los 2´ se puso 1-0 arriba con gol de Julio, el nº10 que siempre nos convierte, después de un error del arquero Méndez. Después de eso, no atacó nunca más. ¿48 minutos sin atacar? Correcto. Futbolché regaló el PT, ya que jugó mal y sólo inquietó con saques laterales. Pero en el ST todo cambió, se reorganizó, ingresaron M. Saavedra (10) y Cristiano (8) y llegó el empate de Cosentino (7), de cabeza tras un córner, sacándose la mufa. A partir de ahí, fue todo de Futbolche. Sobre la hora Cosentino tuvo en su derecha la victoria, pero el arquero rival contuvo de manera brillante lo que parecía imposible. Nuevamente la historia se definiría desde el punto del penal, donde la racha adversa era una realidad.
"La tercera es la vencida, muchachos. No podemos perder". Las palabras del DT llegaron bien profundo. Después de haber perdido las 2 definiciones por penales contra el mismo equipo, el arquero Pablo Méndez fue figura atajando 3 de los 6 penales y Javier Di Bona (si, el que estaba en muletas el año pasado en Madero, ¿te acordás?) tuvo su tarde de gloria cambiando por gol el 6º penal con una tranquilidad más que envidiable.
Una montaña de felicidad colmó a los jugadores del Depor, que incluyó como bonus track al hincha nº1, José Rinaldi, arriba de todo, como frutilla del postre. El "vas a volver a sentir, la magia de compartir..." salió de adentro como un desahogo y un tibio pero esperanzador "que vamos a salir campeóooon..." cerraron los festejos de los jugadores del equipo que entendió que para ser campeón hay que ir a buscar el partido, ser protagonista.
Asi es como Futbolche le ganó a Sabaleros un duelo clave, lo dejó con las manos vacías en el primer semestre del 2008 y subió un nuevo escalón en el camino al tricampeonato.
Por Juan Pablo Pochettino
El DT de Sabaleros en la previa pensó un partido similar al del año pasado en Madero. Para colmo a los 2´ se puso 1-0 arriba con gol de Julio, el nº10 que siempre nos convierte, después de un error del arquero Méndez. Después de eso, no atacó nunca más. ¿48 minutos sin atacar? Correcto. Futbolché regaló el PT, ya que jugó mal y sólo inquietó con saques laterales. Pero en el ST todo cambió, se reorganizó, ingresaron M. Saavedra (10) y Cristiano (8) y llegó el empate de Cosentino (7), de cabeza tras un córner, sacándose la mufa. A partir de ahí, fue todo de Futbolche. Sobre la hora Cosentino tuvo en su derecha la victoria, pero el arquero rival contuvo de manera brillante lo que parecía imposible. Nuevamente la historia se definiría desde el punto del penal, donde la racha adversa era una realidad.
"La tercera es la vencida, muchachos. No podemos perder". Las palabras del DT llegaron bien profundo. Después de haber perdido las 2 definiciones por penales contra el mismo equipo, el arquero Pablo Méndez fue figura atajando 3 de los 6 penales y Javier Di Bona (si, el que estaba en muletas el año pasado en Madero, ¿te acordás?) tuvo su tarde de gloria cambiando por gol el 6º penal con una tranquilidad más que envidiable.
Una montaña de felicidad colmó a los jugadores del Depor, que incluyó como bonus track al hincha nº1, José Rinaldi, arriba de todo, como frutilla del postre. El "vas a volver a sentir, la magia de compartir..." salió de adentro como un desahogo y un tibio pero esperanzador "que vamos a salir campeóooon..." cerraron los festejos de los jugadores del equipo que entendió que para ser campeón hay que ir a buscar el partido, ser protagonista.
Asi es como Futbolche le ganó a Sabaleros un duelo clave, lo dejó con las manos vacías en el primer semestre del 2008 y subió un nuevo escalón en el camino al tricampeonato.
Por Juan Pablo Pochettino
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