Futbolchef
El equipo de Cosentino se impuso por la mínima diferencia con un gol a pocos minutos del final en la agobiante noche de puerto madero.
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Era la nueva chance que tenía Futbolche para llevarse la victoria y, así, revalidar el liderazgo de la zona. El equipo verdiazul entró muy concentrado a la cancha, como lo hace últimamente (ganó los últimos 6 partidos que disputó y solo le convirtieron un gol) porque esta vez no podía fallar. Enfrente estaba el Melón, equipo que veía con buenos ojos esta oportunidad para llegar a la cima del grupo G.
En la primera jugada del partido, el número 6 anaranjado le pegó sin pelota a Cosentino, lo que hizo suponer que el resto del partido (48´) sería muy áspero. Antes de arrancar el encuentro Dani advirtió a ambos capitanes que no dejaría pegar en el transcurso del juego, y cumplió a rajatabla, muchas veces exagerando pero permitiendo que el partido no se le fuera de las manos.
Así, entre un equipo que avanzaba con ideas claras como Futbolche pero que no lograba profundizar, y otro, Melón, que formaba un embudo desde el fondo jugando con pelotazos a Mauro, de gran partido, pero que se cansó de chocar con los defensores azules, fue imposible abrir el marcador. De esta manera, las fuerzas para disputar el partido se fueron diluyendo, el calor y el cansancio fueron un factor determinante para el trabado cero a cero que cerró el primer tiempo.
Futbolche fue más compacto y armonioso. Cubrió mejor la cancha, tanto para defender (generalmente lo hizo con 5 hombres) como para atacar, con volantes que acompañaron a los dos delanteros, mas las proyecciones, limitadas por el clima, de Suy. Bien plantado en el fondo, donde Dibo fue la referencia, Futbolche quebró al Melón en el medio. Cosentino se hizo dueño y señor: dirigió con panorama e intensidad, bien secundado por Poche o Herrera, mientras estuvo en cancha. Ademas de Herrera, también se iria lesionado Cortés al finalizar el primer tiempo, el cual finalizo muy dolorido.
Durante todo el complemento Futbolche la sacó la pelota a Melón y lo atacó con más variantes que las que exhibió su apagado rival. El Glorioso tuvo funcionamiento, patrimonio del que no puede presumir Melón, que pretendió vivir toda la tarde de la renta de una genialidad de sus peligrosos delanteros (casi llega al gol de esta manera si no fuera por Méndez que tapo un mano a mano increíble).
Futbolche ganó con un gol de Rinaldi faltando 5 minutos, el 9 devenido en 8 llegó muy exigido tirándose con la punta de los pies, producto de un centro desviado por el buen cabezazo al segundo palo de Cosentino, a pesar de ello, al verdiazul no le habían faltado argumentos para vencer. Futbolche se aprovechó de este Melón sin gusto, para darle la receta mágica de la victoria: 2 cucharadas de buen fútbol, mucho huevo, nada de mala leche, abundante juego colectivo y una pizca de sal para no perder el gustito…
En la primera jugada del partido, el número 6 anaranjado le pegó sin pelota a Cosentino, lo que hizo suponer que el resto del partido (48´) sería muy áspero. Antes de arrancar el encuentro Dani advirtió a ambos capitanes que no dejaría pegar en el transcurso del juego, y cumplió a rajatabla, muchas veces exagerando pero permitiendo que el partido no se le fuera de las manos.
Así, entre un equipo que avanzaba con ideas claras como Futbolche pero que no lograba profundizar, y otro, Melón, que formaba un embudo desde el fondo jugando con pelotazos a Mauro, de gran partido, pero que se cansó de chocar con los defensores azules, fue imposible abrir el marcador. De esta manera, las fuerzas para disputar el partido se fueron diluyendo, el calor y el cansancio fueron un factor determinante para el trabado cero a cero que cerró el primer tiempo.
Futbolche fue más compacto y armonioso. Cubrió mejor la cancha, tanto para defender (generalmente lo hizo con 5 hombres) como para atacar, con volantes que acompañaron a los dos delanteros, mas las proyecciones, limitadas por el clima, de Suy. Bien plantado en el fondo, donde Dibo fue la referencia, Futbolche quebró al Melón en el medio. Cosentino se hizo dueño y señor: dirigió con panorama e intensidad, bien secundado por Poche o Herrera, mientras estuvo en cancha. Ademas de Herrera, también se iria lesionado Cortés al finalizar el primer tiempo, el cual finalizo muy dolorido.
Durante todo el complemento Futbolche la sacó la pelota a Melón y lo atacó con más variantes que las que exhibió su apagado rival. El Glorioso tuvo funcionamiento, patrimonio del que no puede presumir Melón, que pretendió vivir toda la tarde de la renta de una genialidad de sus peligrosos delanteros (casi llega al gol de esta manera si no fuera por Méndez que tapo un mano a mano increíble).
Futbolche ganó con un gol de Rinaldi faltando 5 minutos, el 9 devenido en 8 llegó muy exigido tirándose con la punta de los pies, producto de un centro desviado por el buen cabezazo al segundo palo de Cosentino, a pesar de ello, al verdiazul no le habían faltado argumentos para vencer. Futbolche se aprovechó de este Melón sin gusto, para darle la receta mágica de la victoria: 2 cucharadas de buen fútbol, mucho huevo, nada de mala leche, abundante juego colectivo y una pizca de sal para no perder el gustito…
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