
Como de costumbre...
Futbolché ganó el clásico contra Sabaleros por 3 a 2 y ya tiene la cabeza al 100% en el triangular final. El equipo fue una maquinita y la diferencia podría haber sido mayor en la segunda etapa de no ser por la gran actuación del arquero rival.
Tan metidos estábamos en el partido, que el jueves nos sentamos a escuchar en vivo la 3º edición de Radio SBS, la Radio Sabalera. Los autores de esta innovadora idea daban la pauta principal del partido, diciendo que "el equipo que domine la mitad de cancha va a ser el equipo que incline la cancha a su favor" y daban a entender que el partido “no empezaba a ganarse en el minuto 0 sino desde el vestuario”.
Las críticas del PF Pochettino en el 1-3 contra Los Quilmeros habían estado basadas en la falta de concentración en los movimientos precompetitivos. Pese a la llovizna y a tener ocupadas las 2 canchas auxiliares, se realizó una entrada en calor impresionante, que ayudó a todo el plantel a mentalizarse que este era una prueba de fuego para saber dónde estábamos parados de cara al triangular final.
El DT Cosentino sorprendió al dar el equipo inicial y volver a armar el mismo mediocampo que en el partido anterior: Cristiano–Pochettino–Saavedra. El esquema: 3-3-1-1. Volvía Suy de líbero y Cosentino iría arriba junto a Curcio, en lugar de Salomonoff. Rinaldi, otra vez ausente. El DT de Sabaleros, afuera por lesión, al ver el esquema inicial nuestro, invirtió a sus mediocampistas laterales (¿habrá planificado mandar al “explosivo” Daniel Martínez a chocar con Cristiano y Cortés, quizá los 2 futblcheanos más “expulsables”?) y paró un claro 3-3-2, sin enganche ni delanteros que se retrasaran para triangular.
La mentalidad del Depor, desde el primer momento, fue clara: ir a buscar a Sabaleros y ahogarlo desde el primer minuto, aprovechando la poca actividad precompetitiva antes del partido. Lo pensado por el cuerpo técnico de “meterle 2 goles en los primeros 10 minutos” para aprovechar esa ventaja salió a la perfección. A los 3´, la primera de las tantas faltas sobre Cosentino, a 20 metros del arco, terminó en un tiro libre brillante de Saavedra al ángulo. Y a los 8´, Cristiano agarró un rebote en el área, la abrió para Pochettino que jugó para Curcio; el goleador trianguló con Cristiano, que se movió para llegar sin marca al área y definir fuertemente al primer palo de un Tassinari que se vio vencido ante tante pontencia.
¿Lo llamativo? Sabaleros abusó del pelotazo largo a los delanteros Bocutti y Segovia, controlados muy bien por Cortés y Di Bona, y nunca hizo pasar la pelota por su volante central, que estaba más pendiente de marcar a Cosentino que de adueñarse de la mitad de la cancha, como lo pensaron en la semana. Pochettino estaba sólo en la mitad de la cancha y podía jugar y colaborar con la defensa para no dejar girar a los delanteros. Ofensivamente Futbolché se cansó de ganar en los saques de arco (Cosentino bajó para poner en el piso todo lo que tiró Méndez) pero no estuvo preciso en el juego aéreo.
En el segundo tiempo, con el 2-0 a nuestro favor, la lógica decía mantener la intensidad en la marca y replegarse un poco más para cerrar el partido de contraataque. Asi vino el 3-0: cortó Cristiano por derecha, jugó larga por el mismo sector con Curcio, que después de conducir varios metros habilitó a Cosentino para que éste definiera mano a mano con Tassinari.
Lo que restó de esta etapa fue la falta de efectividad para cerrar por goleada un partido que nos complicamos solos. Así, cuando faltaban menos de 10, pivoteó Bocutti en la primer jugada que pudo, y con un zurdazo mordido que Méndez no pudo contener marcó el descuento. Cosentino y Curcio no podían cerrar el partido y Sabaleros se venía. Y fue ahí dónde el encuentro se puso emocionante: la misma fórmula rojinegra para que después de 2 penales en la misma jugada (una mano y una falta) la pelota le quedara bollando al delantero rival para poner el 3-2.
Quedaban 4 minutos para el infarto, donde Futbolché demostró que también sabe meter fuerte y defenderse con la pelota: Cristiano se hizo dueño y señor de la pelota, para seguirla pisando como todo el partido.
3-2 terminó el clásico, nuevamente festejó Futbolché, como de costumbre. Sabaleros (perdió su 4º partido seguido) nunca pudo llevar a la práctica lo que pensaron en la semana: adueñarse del mediocampo; y lo perjudicó el campo mojado para su juego largo a los delanteros. Ahora si, con la cabeza puesta en el tringular final, pero habiendo superado una gran prueba de autoridad.
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