
Tocando bajo la lluvia
El clima, frío y lluvioso, invitaba a quedarse en casa jugando a la Play o mirando fútbol por TV. Pero en Ocampo había un partido importante. Se medían Deportivo Futbolche vs. Avalancha de fútbol (futuros rivales en semis de la Copa Pretemporada). Era una buena oportunidad para demostrar cuán motivados estaban los equipos de cara a una instancia por eliminación. Y así fue. De entrada salió mejor Avalancha, que dominaba la mitad de cancha y llegaba al arco rival con mayor peligrosidad. Futbolche era sólo intentos y errores defensivos. Así llegaría el 1-0 para Avalancha, a través de un desacople defensivo del Depor, optimizado por uno de los delanteros de su rival. Aquel pareció un cachetazo a tiempo para Futbolche, ya que a partir de allí comenzaría una reacción anímica y futbolística que permitiría dar vuelta las cosas.
En seguida, tras una triangulación entre Cristiano-Salomonoff y Saavedra, llegaría el empate, producto de una corrida y una certera definición de Marcelito. Este gol cambiaría el rumbo del partido. De ahí en más, Futbolche se “adueñó” del encuentro, haciendo rotar la pelota (a pesar de los charcos de agua), cerrando el mediocampo y solucionando los problemas defensivos. El segundo tiempo fue todo del equipo de La Paternal. Tras una gran corrida, esquivando rivales con potencia y categoría, César Cristiano anotaría un gran gol para poner a su equipo 2-1.
Luego, tras una excelente habilitación de Carlos Cortés, Iván Salomonoff demostraría nuevamente su frialdad para la definición, dejando en el piso al arquero con una pisada de papi fútbol y poniendo el 3-1 con el arco vacío. Toque y toque, rotación, solidez defensiva, efectividad. Futbolche mostraba sus armas. Hablábamos de definición: ¡cómo olvidarnos de Curcio! Dieguito mano a mano (esta vez por una exquisita habilitación de Cosentino) es igual a gol. Toque sutil y a gritarlo con los compañeros. El 4-1 estaba bien, pero quizás algo exagerado. Por eso el descuento de Avalancha tras un buen tiro libre no generaría demasiado enojo ni preocupación en el equipo dirigido por Cosentino.
El objetivo del sábado era demostrar cuán sólido estaba el Depor de cara a la definición de dos torneos importantes. Y vaya si lo logró.
En el Olímpico de Ocampo, donde ya alzó dos trofeos, Futbolche jugó una vez más en un gran nivel. Lo hizo, en esta oportunidad -y por caprichos climáticos- tocando bajo la lluvia.
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