Como un cuento (con final abierto)
Las finales no se juegan, se ganan. Bajo este lema, Deportivo Futbolche preparó durante una semana especial la primera parte de un triangular con el que intenta obtener el tercer trofeo en su rica historia. El primer escollo que debía superar: Fuerte al Medio (FAM).
Introducción:
La previa fue espectacular. El aliento comenzó con un emotivo mail de Pablo Mendez. También hubo una picada para festejar el día del amigo e ir palpitando las finales. Luego, el video conmovedor que hicieron entre el DT (Cosentino) y el Presidente (Rinaldi) y que fue visto antes de salir hacia Ocampo. Y para hacerla completa: carteles pegados en el vestuario para motivar a los jugadores del Depor minutos antes de pisar el sintético. Afuera esperaba el rival, pero la primera final ya se jugaba desde el vestuario.
Desarrollo:
La entrada en calor comandada por el PF Pochettino fue clave. El equipo entró como una furia, corriendo de acá para allá, relevándose, presionando en mitad de cancha, cambiando velocidad, cortando a tiempo. “Tenemos que hacer dos goles en los primeros diez minutos”, dijo el DT en la charla previa. Pero no fue tan sencillo. FAM se agrupó bien, supo replegarse en todas sus líneas y plantear un partido inteligente, apostando al contraataque. Futbolche era claro dominador, con cambios de ritmo y pases en profundidad que complicaban, pero no podía vulnerar al rival. Cosentino avisó con un par de cabezazos, hasta que tras un tiro de esquina enviado por Saavedra, el mismo Cosentino lograría conectar y mandar la pelota a la red. 1-0 para el Depor, gol número 100 para el 5 del verdiazul y el partido que se abría para los de La Paternal. La cosa no cambiaría demasiado hasta el segundo tiempo, más allá de unas pocas distracciones en defensa que afortunadamente no pasarían a mayores.
Nudo:
Para cuidar la ventaja a favor, el DT metió mano: Dibona y Rinaldi por Curcio y Salomonoff. La idea era aguantar la pelota y reforzar el excelente trabajo que la defensa (Suy, Pochettino, Cortés) venía haciendo. FAM supo que se le pasaba el tren y salió con todo en el ST. Una fenomenal volada de Pablo Mendez (muy sólido en todo el partido) evitó el empate en una ocasión, y los centros llovidos de FAM morían en los certeros despejes de la defensa de Futbolche. FAM siguió buscando, y Futbolche no lo podía definir. Finalmente, tras el enésimo centro al área, el rival de los domingos encontraría el empate en un desafortunado despeje de Carlos Cortés que acabaría en su propio arco. Las cosas se ponían feas para Futbolche, que a pesar de favorecerlo, no se conformaba con un empate.
Desenlace:
Cosentino metió mano nuevamente: puso a Salomonoff en cancha, quien un minuto después maximizaría un error defensivo del rival acariciando la pelota contra un ángulo ante la salida del arquero de FAM. Gol letal. Golpe psicológico. Un 2-1 en el momento justo. Con el envión anímico apareció el fútbol bonito de Futbolche. Entró Curcio y junto a Cosentino, Cristiano y Salomonoff triangularon alternadamente hasta terminar con un penal a favor que el DT cambiaría por gol. ¿De qué manera lo pateó? Fuerte al medio: no podía ser de otro modo. Así, Cosentino alcanzaba los 30 tantos y se convertía en el goleador del torneo. Quedaba poco y parecía todo cocinado, pero una mala pelota entregada en mitad de cancha y un tremendo zapatazo al ángulo ponían las cosas 2-3 y le daban suspenso a la noche. Pero ahí, en las más difíciles, apareció el equipo. Ese que no sabe de reproches ni egos, el que deja todo por el otro (como lo hizo Rinaldi al ceder su lugar), el que se da aliento cuando las cosas no salen bien, el que se cubre las espaldas, el que festeja cuando se gana y se fortalece ante la derrota, el que busca siempre dar un poco más, el que persigue obstinadamente la gloria. Pitó Dani y a festejar al vestuario. El anteúltimo escalón ya estaba superado.
Final:
Habrá que esperar una semana más. Enfrente estará Biopsia, otro rival que intentará vulnerar los sueños de un grupo de amigos que busca seguir completando páginas de una historia grande que empezó hace cinco años. Historia que escribe día a día sabiendo que el peor rival que puede enfrentar, y al que más debe temer, es el conformismo.
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